Una construcción sólida, con carácter, que ha sido cuidada con esmero, como un tesoro de familia.
Sus amplios ventanales abrazan la luz natural desde el amanecer, mientras su estructura revela el encanto de una arquitectura clásica, auténtica con esa elegancia que ya no se construye.
Cada habitación cuenta una historia. Cada rincón fue pensado para durar. Y lo ha hecho. Techos altos, paredes firmes, pisos originales.
Afuera, un pequeño jardín enmarca la casa con verde, sombra y calma. Ideal para tardes tranquilas o reuniones familiares.